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Desde el año 2004, la Fundación ha desarrollado multitud de líneas y programas en beneficio del interés general

La Fundación Alimerka celebra dos décadas de trayectoria dedicada al compromiso social y el bienestar de la sociedad asturiana. Desde su fundación en el año 2004, por iniciativa de Luis Noé Fernández, la Fundación ha sido un pilar fundamental en el desarrollo de numerosos programas y líneas de acción en beneficio del interés general.

A lo largo de estos veinte años, ha promovido diversas iniciativas destinadas a mejorar la calidad de vida de la comunidad en múltiples áreas, tales como la educación, la cultura, la sostenibilidad ambiental, la inclusión sociolaboral, la investigación, la asistencia alimentaria, la salud y la discapacidad.

Este hito conmemora el compromiso continuo de la Fundación, concebida como un proyecto filantrópico con un enfoque claro en el compromiso social dentro del Grupo Alimerka. Algunos de los programas emblemáticos, como la Escuela de Alimentación, que benefició a más de 21.000 personas, y la Editorial Sobremesa, responsable de la publicación de 18 títulos, han ido moldeando la identidad de la organización.

Otros programas, como el apoyo a proyectos de Cooperación al Desarrollo y el compromiso con la salud y la discapacidad, han perdurado a lo largo de los años, beneficiando a comunidades en más de 28 países y contribuyendo a la mejora de la experiencia hospitalaria en catorce hospitales en el norte de España a través del programa de Humanización.

Además, este año marca el decimoquinto aniversario de los Premios Luis Noé Fernández, que han reconocido las buenas prácticas en nutrición y acción social contra el hambre, premiando a 31 entidades e instituciones comprometidas con estas causas.

En la actualidad, la misión de la Fundación se centra en el desarrollo de programas dirigidos principalmente a mejorar la calidad de vida, la salud y la alimentación de colectivos vulnerables en las seis provincias donde opera, mientras que su visión consiste en apoyar y visibilizar a los miembros de estos colectivos con escasa representación en la sociedad, a los que denominan "Nuestros Vecinos Invisibles".